Toda labor que se realice al interior de la escuela, y que esté relacionada con la del maestro, y específicamente con el currículo, no puede dejar de recordarles a todos y a cada uno de los profesores, y desde la escuela al sistema educativo, que aquello que se enseña en la escuela, y que el maestro prepara para el desarrollo de su clase, para el cumplimiento de su programa de área o asignatura, que el Ministerio de Educación o la Secretaría de Educación disponen, no tienen como finalidad la escuela, ni el Ministerio o Secretaría, ni el cumplimiento de las normas o leyes para educación, ni el desarrollo del programa, sino que su propósito real es la vida del estudiante.